Ensaladas amargas como las preparadas con escarola, achicoria, radicheta y endivias belgas o rúcula, son el alimento perfecto tanto para drenar el hígado como para contrarrestar la acumulación de grasa.
Todos estos vegetales son depurativos y desintoxicantes, pero no sólo.
Por estas dos motivos están indicados como alimentos que ayudan al hígado y regularizan su funcionamiento; especialmente ideales en los meses de invierno, cuando debido a la reducida actividad física, las comidas se vuelven más pesadas y la capacidad de acumular grasa aumenta.
Estas ensaladas en general tienen pocas (muy pocas) calorías y contienen vitaminas A y C, ácido fólico y vitaminas del grupo B, además de fibras y sales minerales, en particular potasio y sodio.
La medicina tradicional china dice que lo amargo alimenta el elemento Fuego, tonifica los riñones y reequilibra la funcionalidad del bazo: acostumbrarse a comer alimentos amargos, por lo tanto, amortigua el deseo de dulces, nos limpia y nos mantiene en forma.
Cómo comerlas?
La endivia se puede comer cruda, pero tenga cuidado de comprobar su origen; junto con la escarola son exquisitas cocidas a la sartén con un poco de agua para que pierdan el sabor ligeramente amargo y, finalmente, sazonadas con aceite y sal o salsa de soja y pimienta. También excelente es la endivia belga cocida a la plancha con un chorrito de aceite y perejil.