Una pequeña ayuda para quienes quieren perder peso y mantenerse en forma llega de estos dos poderosos termogénicos naturales.
Al jengibre se le atribuyen muchas propiedades, aunque no todas verificadas científicamente. Se utiliza tradicionalmente para ayudar a la digestión y combatir todo tipo de enfermedades, desde el embarazo a la quimioterapia, pero siempre es necesario consultar al médico antes de decidirse a usarlo, algunos definitivamente desaconsejan su uso durante el embarazo. Tampoco se recomienda en caso de úlceras.
La tisana se pueden preparar con rebanadas de rizoma fresco, pero en muchas bebidas como el ginger ale se utiliza jengibre en polvo. El jengibre fresco es también útil en casos de la halitosis.
Las propiedades estimulantes y carminativas ayudan en caso de cólicos; pero su influencia en la producción de bilis lo torna desaconsejable para las personas que sufren de cálculos biliares. El rizoma fresco, cocido, también se utiliza en caso de diarrea.
El rizoma de jengibre también tendría propiedades antioxidantes, anti-inflamatorias y antipiréticas; en algunos países asiáticos se utiliza comúnmente en casos de resfriados y gripe; así como para aliviar el dolor, especialmente el dolor de cabeza y el dolor de muelas; tiene efecto analgésico también utilizado en forma de compresas. Otras propiedades que se le atribuyen son las de ayuda a la circulación y anticoagulante periférico; en Oriente, especialmente en China, también se utiliza como tónico, para combatir la fatiga, y la debilidad.
En cuanto a su uso en una dieta destinada a la pérdida de peso, 100 gramos de rizoma fresco contienen aproximadamente 80 calorías, y entre otras propiedades del jengibre existiría una aparente capacidad coadyuvante en dietas de adelgazamiento.
El chile, por su parte, tiene muchas propiedades y muchos beneficios terapéuticos, dietéticos, nutricionales y, se dice, también afrodisíacos. Es un verdadero antioxidante y actualmente las investigaciones científica se concentran en tratar de encontrar su papel en la prevención del cáncer. El chile además ayuda a la digestión, la circulación sanguínea y tiene propiedades anti-inflamatorias.
Como preparar la tisana
Ingredientes para una taza:
400-450 ml de agua
Cáscara de 1 limón
Jugo de medio limón
3 rodajas de jengibre fresco
1 trozo pequeño de chile picante, sin semillas
Preparación:
Llevar el agua a ebullición y, a continuación, añadir el jengibre y dejar hervir durante unos minutos. Apagar el fuego, agregar el jugo de limón, la ralladura y el chile y dejar en infusión durante 10 minutos. Pasado el tiempo, filtrar y beber.
Se sugiere una taza al día
