Pasta, pan, dulces… muchos son los alimentos a que los pacientes temen renunciar tras una visita nutricional o cuando deciden perder los kilos de más. Pero realmente, la pérdida de esos kilos tiene que ser tan drástica?
No es tan así, incluso en una dieta baja en calorías, todas las comidas del día deben asegurar los nutrientes adecuados que necesita nuestro organismo, carbohidratos incluidos.
Y la pizza?
La mayoría de los pacientes muestran un deseo de mantener, dentro de la dieta, una comida libre, o al menos un momento de la semana cuando puedan aflojar, aunque sea ligeramente, la «vigilancia nutricional». Típicamente hay un alimento que representa esta necesidad: la pizza.
Una dieta hipocalórica, especialmente si se realiza por primera vez, puede ser, además de particularmente difícil, también poco satisfactoria. Por tanto, es útil incluir en la dieta semanal un «premio», para que el paciente pueda ver en esa comida una merecida satisfacción por los esfuerzos realizados. Generalmente, este permitido corresponde a la cena del sábado, ocasión en la que, a menudo se sale a cenar.
La pizza en sí es una especie de «bomba de calorías», especialmente por los condimentos que se utilizan. En ese sentido, si se quiere incluir este alimento en la dieta, será necesario elegir sólo sabores poco procesados (como la clásica margarita, o una pizza vegetariana), y prestar especial atención al almuerzo de los sábados, eligiendo una comida baja en carbohidratos y grasas, prefiriendo proteínas y fibras; también es recomendable no excederse con las comidas del domingos.
Volviendo a la pregunta original, se puede decir que en realidad la pizza se puede comer, pero con la debida precaución: sin duda el camino dietario emprendido aumentará significativamente la conciencia acerca de la comida y probablemente será mucho menos complicado evaluar cuidadosamente lo que come.
